No sabría explicarlo, pero cuando te proponen hacer una sesión familiar algo especial se despierta dentro de ti.
Todas las sesiones que realizamos son muy especiales porque nosotros fotografiamos sentimientos y no hay nada más inspirador que eso. Pero sí es verdad, que cuando tienes la posibilidad de inmortalizar para siempre el amor más puro que existe, como es el de madre e hijo, algo diferente sucede. En ese mismo momento, sientes lo importante que es tu trabajo para la gente que quiere mantener ese instante para siempre.
En esta ocasión, fueron Inma y el pequeño Mario quienes nos brindaron la posibilidad de compartir una tarde con ellos y poder recoger con nuestras cámaras lo especiales que son.
Para nosotros es todo un lujo que pusieran en nuestras manos la posibilidad de tener un recuerdo tan especial, del que podrán disfrutar toda la vida y del que el pequeño Mario, cuando ya no sea tan pequeño, pueda sentirse orgulloso.
La sesión transcurrió todo lo tranquila que puede transcurrir con un niño disfrutando del campo y la naturaleza, pero no tardaron mucho en aparecer las miradas, besos y sonrisas de complicidad entre madre e hijo, dando rienda suelta a un amor de esos que no se temen expresar.
Entre risas, juegos y un precioso paraje natural, conseguimos pasar un buen rato y mostrar con toda naturalidad esta bella etapa de las vidas de Inma y Mario, que esperamos que gracias a esa magnífica tarde de diversión y fotografía, siempre puedan tener presente.
Os dejamos algunas de las fotografías de la sesión, donde podréis comprobar lo risueño y divertido que es el pequeño Mario y el amor que sólo una madre puede transmitir.
Gracias Inma y Mario, ha sido muy especial.
Gracias a vosotros carpe fotografia porque lo hicisteis muy facil y pasamos una tarde super divertida y muy amena. Sois geniales, me habeis brindado un recuerdo para toda la vida. Gracias por vuestra profesionalidad.