Amor, complicidad, diversión y buena gente. Con estos cuatro adjetivos podemos resumir el gran día que pasamos junto a Marina y Raúl.
El Parador de Córdoba acogió esta fantástica boda, un lugar lleno de encanto que ofreció lo mejor de sí para que nuestra pareja pudiera disfrutar junto a sus amigos y familiares de uno de los días más importantes de sus vidas.
La mañana comenzó en una de las increíbles suites que nos ofrecía el lugar donde Marina, junto a su madre y hermana, comenzaron los preparativos. Nervios, emoción y muchas ganas de disfrutar ese día fueron los auténticos protagonistas junto a los sobrinos de Marina que iluminaron la cara de nuestra novia nada más entrar a la habitación y ver lo guapísima que estaba su tía. Los jardines junto a la piscina del Parador se vistieron con sus mejores galas para recibir a los invitados que esperaban impacientes la llegada primero de Raúl y luego de Marina. La entrada de los novios no dejó indiferente a nadie, debido a lo bien acompañados que aparecieron.
Fue una bonita ceremonia, cargada de emoción y grandes palabras de todos los que tuvieron la suerte de poder hablar en un día tan importante para Raúl y Marina, el día de su boda.
Nosotros, como fotógrafos de boda, soñamos con días como el que pudimos vivir junto a Marina y Raúl. Días llenos de alegría, de emoción, sonrisas y alguna que otra lágrima que da rienda suelta a una felicidad imposible de contener. Escogimos esta profesión para días como este, por parejas como Marina y Raúl nos encanta lo que hacemos.
¡A disfrutar!